Baja California, México; 02 de septiembre de 2025.- La Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, se ha consolidado como uno de los cinco mejores lugares del planeta para observar y fotografiar el cielo nocturno. Su calidad lo coloca a la par de destinos de referencia mundial como Mauna Kea en Hawái, las Islas Canarias, en España, y el desierto de Atacama en Chile; reconocidos por su oscuridad extrema para explorar el cosmos.
La excelencia de este cielo se mide con la Escala Bortle, creada en 2001 por el astrónomo John E. Bortle, que clasifica la oscuridad nocturna en nueve niveles: del 1, el más oscuro, al 9, propio de zonas urbanas con fuerte contaminación lumínica. Bajo esta escala, San Pedro Mártir es catalogado de clase 1, el nivel máximo de oscuridad, lo que lo convierte en un paraíso para astrónomos y astrofotógrafos.
A simple vista, en la Sierra es posible distinguir con nitidez la Vía Láctea, y en temporada de verano se percibe el bulbo galáctico. También se pueden apreciar meteoros y luminiscencia nocturna. Un espectáculo imposible de replicar en ciudades, donde la contaminación lumínica reduce el cielo a unas cuantas estrellas brillantes y la luna.
Además de su belleza natural, San Pedro Mártir alberga el Observatorio Astronómico Nacional (OAN-SPM), ubicado a más de 2,800 metros de altitud. Este complejo, operado por la UNAM, cuenta con telescopios de gran capacidad y se ha convertido en un referente internacional para proyectos científicos y fotográficos.
El auge del astroturismo en Baja California también tiene rostro. Desde 2017, Caneck Leyva López, director del Instituto de Fotografía del Noroeste, organiza anualmente un campamento de astrofotografía en la zona. En la edición 2025 más reciente, 25 fotógrafas y fotógrafos provenientes de Jalisco, Ciudad de México, Puebla, San Diego y municipios de Baja California se reunieron para capturar la majestuosidad del cielo. Además de producir imágenes espectaculares, este tipo de eventos generan comunidad, conocimiento y conciencia sobre la importancia de preservar los cielos oscuros.
A diferencia de otros observatorios ubicados en regiones remotas, San Pedro Mártir ofrece un acceso privilegiado, ya que un camino pavimentado conduce hasta el observatorio, lo que facilita la llegada tanto de visitantes como de equipos especializados. Esta accesibilidad lo convierte en un destino único para la ciencia y el turismo astronómico.
Además de ser un sitio excepcional para la astrofotografía, San Pedro Mártir es un símbolo de conservación. Su cielo clase Bortle 1 protegido por la Ley del Cielo de Ensenada, la presencia de observatorios de vanguardia operados por instituciones nacionales e internacionales, su accesibilidad y el auge del astroturismo lo consolidan como un referente mundial. Es, al mismo tiempo, un recordatorio de lo mucho que aún podemos preservar si reducimos la contaminación lumínica y fomentamos un turismo responsable.