Tijuana, Baja California 12 de agosto de 2025. — Los últimos tres kilómetros sin encementar del Arroyo Alamar en Tijuana se han convertido en un símbolo de resistencia comunitaria y en un activo ambiental de gran valor para la ciudad y la región binacional. Vecinos y ambientalistas impulsan que este tramo obtenga el estatus de Área Natural Protegida, lo que permitiría dotarlo de personalidad jurídica, asegurar su conservación y gestionar recursos para su rehabilitación ecológica.
El ingeniero bioquímico José Carmelo Zavala Álvarez, fundador y director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX), explicó que este espacio —defendido durante años frente a amenazas como acumulación de basura, derrames de aguas residuales y residuos de construcción— tiene el potencial de convertirse en un parque comunitario con flora, fauna, actividades recreativas y programas de educación ambiental.
La importancia de conservar este ecosistema va más allá de su valor paisajístico. Los tres kilómetros sin encementar del Arroyo Alamar actúan como un pulmón verde para Tijuana, una ciudad con una de las concentraciones vehiculares más altas de la región y que carece de un programa de verificación vehicular. Esta cobertura vegetal contribuye a mitigar la contaminación atmosférica generada por el tráfico, mejorando la calidad del aire que respiran miles de personas.
Zavala subrayó, “esta función ambiental no reconoce fronteras: “Tijuana y San Diego comparten el mismo aire. Puede haber una línea divisoria en el mapa, pero no la hay para los contaminantes atmosféricos. Cuidar este pulmón beneficia a la comunidad binacional”.
El movimiento ciudadano recibió un impulso clave al ser atendido por Alfredo Álvarez, Secretario General de Gobierno de Baja California, quien —según Zavala— mostró receptividad y sensibilidad hacia la causa. El pasado 1 de julio en sesión de Cabildo del XXV Ayuntamiento de Tijuana, aprobó por unanimidad el dictamen de declaratoria de usos y destinos para el Parque de Conservación de Ecosistemas Riparios Frágiles del Arroyo Alamar, ubicado entre las delegaciones Otay Centenario y La Presa.
Actualmente, la propuesta se encuentra en revisión jurídica a nivel estatal, paso previo para que regrese al cabildo, con posibilidades de ser aprobada y publicada en el Periódico Oficial. Con el estatus legal de Área Natural Protegida o de Conservación Ecológica, la comunidad podría acceder a fondos locales, nacionales e internacionales para implementar un plan de manejo integral.
Zavala enfatizó que, el Arroyo Alamar no solo es un espacio de biodiversidad urbana, sino también un proyecto comunitario ya apropiado por sus vecinos, con potencial para convertirse en un referente de conservación urbana binacional.
“Lo que escurre por el canal y el río tiene implicaciones internacionales, como lo hemos visto en temas tratados con Semarnat, Conagua y la CILA. Este paso es fundamental para garantizar que Tijuana cuente con un área verde estratégica que contribuya a la salud ambiental y al bienestar de las presentes y futuras generaciones”, concluyó el ambientalista.