LA REBELIÓN DE LOS ÁNGELES O NERÓN, EL INCENDIARIO || LA NOCHE DE LOS NAHUALES

Por Benjamín M. Ramírez

En el país que fanfarronea la democracia y hace alarde de ser garante del orden en el mundo, la política del miedo se hace presente en las calles y las hordas le hacen frente con lo único que no han perdido, la esperanza.

En última instancia, quien encabeza y ordena las redadas en contra de los migrantes no pasa de ser un fanfarrón que, detentando facultades plenipotenciarias propias de un tirano, gobierna con las vísceras.

La migración tiene sus raíces en la repartición injusta de las riquezas, en el respaldo de regímenes que violentan los derechos humanos más elementales y en la explotación que las potencias, como aves rapaces, ejecutan en contra de los recursos naturales y riquezas de los países más vulnerables, de los más débiles, o de aquellos que ofrecen menor resistencia en contra de la explotación, la mansedumbre y la sumisión.

A lo largo del camino he conocido historias variopintas de migrantes. Las más comunes: en búsqueda de un mejor futuro, trabajo o de un salario que les ayude a cubrir las necesidades más elementales. Contados son los migrantes que salen de sus países en búsqueda de su realización profesional. La mayoría abandona su país por la inseguridad, por temor, por la violencia, por el hambre; orillados por la pobreza y la marginación.

Yo mismo soy migrante. Y he sido testigo de la brutalidad que soportan quienes transitan por suelo mexicano en búsqueda del sueño americano. Desde la corrupción policiaca, las detenciones en los puntos de control migratorio, las jugosas ganancias que obtienen los polleros por el traslado de los migrantes en situación irregular, las infinitas historias de vejaciones, violaciones y abuso sexual de las que son víctimas, principalmente mujeres, niñas y niños; y en última instancia, la muerte como recompensa para quien se atreve a abandonar su tierra, su familia, su hogar.

Con la política implementado por el presidente Trump se impone el miedo. Miedo a las redadas, a las detenciones, preocupación por las deportaciones, turbación ante las vejaciones, a la violencia que se traduce en golpes y violaciones a la dignidad y derechos humanos más elementales, entre estos, el debido proceso.

Ante las acciones que atentan contra los migrantes, en la nación que se construyó con la sangre y muerte de los pueblos originarios, que despojó de sus tierras a los nativos americanos, los ciudadanos salieron para levantar la voz. En más de dos mil ciudades de la unión americana se manifestaron en contra de las políticas de Trump y respaldaron la permanencia de la población migrante.

Mientras el presidente de la nación más poderosa ostentaba fuerza y poder con el desfile militar, miles salieron a las calles para mostrar su rechazo, su inconformidad a través de la consigna: “Sin rey”.

En el país que se ufana de la libertad y democracia, el que gobierna es un tirano que no respeta a la Constitución. Trump, como Nerón, incendió a Los Ángeles y culpa a los migrantes como los responsables de la debacle económica del país. Nerón acusó a los cristianos de las desgracias de Roma, cuando, probablemente, buscaba construir una ciudad nueva acorde a los delirios de su ego.

Al igual que Nerón, quien pretendió construir su Neropolis, quizá Trump quiera darle un nuevo nombre a su nación: Trumpolis, una poli acorde a las alucinaciones de su ego. Nerón contemplaba la ciudad mientras ardía. Trump presenciaba el desfile militar mientras Los Ángeles, al igual que otras dos mil ciudades, lo repudiaban. Harán falta Suetonio y Tácito para reconstruir la historia venidera.

Es más fácil golpear, amedrentar y deportar que reconocer la fuerza motriz que representan millones de migrantes en situación irregular.

Nadie es ilegal en tierra robada.

 

¡TAMBORES DE GUERRA!

No hay camino para la paz, la paz es el camino. La frase de Gandhi tiene su mayor peso en la actualidad. En los albores de este siglo, donde las diferencias pueden resolverse de otras maneras, el hombre no ha olvidado su vocación violenta, su afán destructivo e invasivo, sus ansias de poder.

Israel no se defiende. Ataca. Y Europa guarda silencio. El sionismo ejecuta limpieza étnica en la Franja de Gaza, en nuevo y moderno holocausto. Y el mundo, en un silencio de oprobio, ominoso.

Los pueblos, las naciones y la humanidad entera deben encontrar en la paz la vocación para vivir. Las diferencias nos deben enriquecer, no distanciar.

Homo homini lupus: el hombre es un lobo para el hombre, lamentablemente.

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