Lluvias e inundaciones en México y el papel de la Semarnat
En reciente entrevista, el Dr. Juan Manuel Rodríguez, investigador de El Colegio de la Frontera Norte y experto en el asunto, señaló que las inundaciones de principios de octubre que afectaron Veracruz, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Querétaro, cobrando vidas humanas y animales, y pérdidas materiales, son muestra de los impactos asociados a eventos hidrometeorológicos.
La tragedia compele a reflexionar sobre el actuar del gobierno y los demás miembros de la sociedad. El Dr. Rodríguez aclaró que aunque las lluvias y el exceso de agua detonan las inundaciones, los resultados no deben atribuirse a la naturaleza solamente. Coincido. Los fenómenos que ocurren son cada vez más intensos y sus repercusiones en las poblaciones son devastadoras, sobre todo en las menos favorecidas, por lo que desde la autoridad superior debe instruirse un enfoque integral, multidisciplinario, con fuerte enfoque social. En términos de gestión pública, se requiere un trabajo intersectorial e intergubernamental coordinado. Las intensas precipitaciones son expresiones de aceleradas variaciones climáticas, pero las desgracias apuntan a falta de medidas de prevención.
La presidenta Scheinbaum se ha desplazado a las zonas afectadas. Ha escuchado las demandas ciudadanas y transmitido mensajes de solidaridad, y ha instruido a su gabinete a actuar en consecuencia. En sus desplazamientos se ha acompañado de funcionarios como los secretarios de la Defensa, Marina, Bienestar, e Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; asimismo, por representantes de la Coordinación Nacional de Protección Civil y la CFE.
Los servidores públicos mencionados son los indicados para atender la problemática en lo inmediato. Pero falta la Semarnat, pues es la instancia a cargo de liderar la estrategia de acciones preventivas ante el cambio climático. De cara al aniquilador evento que, como señala el Dr. Rodríguez, obliga a “diseñar estrategias que reduzcan la vulnerabilidad social y territorial frente a los impactos del cambio climático”, la dependencia responsable del tema debería tener un papel principal. Lo sucedido llama, por lo menos, a revisar lo hecho hasta hoy.
En efecto, de acuerdo con el documento de Actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático Visión 10-20-40, desde 2022 la Semarnat, la Conagua, el Cenapred y el INECC identificaron 253 municipios con apremio de atención para adaptarse al fenómeno. De ellos, 181 presentaron necesidad “Alta”, 52 necesidad “Muy Alta” y 20 se determinaron como de “Atención prioritaria”. De estos últimos, sin embargo, ninguno pertenece a tres de los estados afectados mencionados arriba, y solamente uno a Hidalgo y uno a Querétaro. Aun más: el Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático indica que en cuanto a “vulnerabilidad de los asentamientos humanos por inundaciones”, el municipio de Poza Rica, Veracruz (uno de los más dañados) posee un valor de capacidad adaptativa “Muy alto” y un valor de Exposición actual “Muy bajo”. Es necesario verificar estas clasificaciones.
En la página web de la Semarnat se alude tangencialmente la catástrofe. En un comunicado del 17 de octubre se avisa de una aportación a la Sedena “para apoyar a la población afectada por las recientes lluvias”. Se afirma ahí mismo que “La protección del medio ambiente también significa cuidar de las personas”. Bien; pero esa loable acción no refleja sus deberes, entre los cuales está el de intervenir para controlar los ríos y demás corrientes y ejecutar las obras de defensa contra inundaciones, como mandata la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. La dependencia no parece hacer eco al compromiso de la presidenta Scheinbaum de actuar para superar la tragedia y coadyuvar al bienestar de las comunidades impactadas.

