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LA NOCHE DE LOS NAHUALES||Benjamín M. Ramírez

LA TERCERA OLA O EL LATROCINIO OFICIAL CONTRA EL CONOCIMIENTO

 

He recibido con profunda preocupación la noticia del despojo que sufre la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 22 – Tijuana, por parte de una empresa privada, que ha reclamado para sí, una considerable área perteneciente a esta importante casa de estudio formadora de maestros.

 

Me llena de orgullo el haber formado parte de la primera generación de docentes que cursaron la maestría en Educación Media Superior, MEMS, y —al igual que mis compañeros—, como egresado y docente, no puedo callar ante la situación por la que atraviesa esta entidad educativa.

 

Pareciera que en Baja California, y en especial Tijuana, prevalecen los intereses económicos por encima del conocimiento y de la formación profesional de quienes asumen la responsabilidad educativa de la niñez, de los adolescentes, jóvenes y adultos, o de la formación y profesionalización de los mentores que llevan a cabo esta loable labor con la responsabilidad que implica la formación de las conciencias.

 

Según los datos periodísticos y de la información proporcionada por el secretario de gobierno de Baja California, la pasada administración, por conducto del DIF estatal se realizó una permuta de los terrenos de una empresa para establecer el CRIT a cambio de los terrenos de la Universidad Pedagógica Nacional, sin que exista un documento que ampare la legalidad de esta transacción, constituyendo una afectación directa a la casa de estudio y configurándose el delito de despojo y abuso de autoridad cometida por la titular del DIF de la administración pasada encabezada por Ruacho de Vega.

 

Reitero mi apoyo al director general de la Universidad Pedagógica Nacional, doctor Gabriel López Ochoa quien ha denunciado que una empresa privada los ha despojado de un terreno que previamente había sido rescatado para beneficio de los estudiantes y de la población en general.

 

Convoco a los más de 625 alumnos de esta casa de estudios, a mis compañeros maestros egresados de los distintos programas y planes educativos, a manifestarse, a marchar y protestar por esta acción criminal en contra de la educación y de los derechos del bien superior de la niñez quienes deben ser atendidos con una educación de calidad que se logra con la preparación  y profesionalización de los profesores —que desarrollan su labor docente en los distintos niveles educativos— que han sido formados y se forman o se formarán en nuestra amada Universidad Pedagógica Nacional, UPN.

 

Exijo a las autoridades estatales, en sus distintos niveles, al gobernador del Estado, del secretario de educación y de todas las entidades educativas, públicas y privadas, a intervenir, a levantar la voz y exigir justicia ante esta atrocidad que se comete en contra, no de la UPN en particular, sino de todos los educandos que merecen una educación que responda a los retos que enfrentan en el devenir cotidiano.

 

En otro orden de ideas, es inminente la tercera ola de contagio, ante la falta de disciplina del ciudadano que evade su responsabilidad personal de observar todas las medidas sanitarias para garantizar su salud y su integridad personal ante la actividad latente de la pandemia que nos azota desde hace más de un año. Sé que las secuelas y efectos del confinamiento han llegado al hartazgo, a la afectación de la salud mental y física, pero es necesario evitar el asumir riesgos de forma innecesaria.

 

Basta con ver el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, sus calles concurridas, los centros de esparcimiento, o cualquier otro lugar que registre la visita de propios y extraños. En este punto, aplaudo las medidas de las autoridades locales de Tlaquepaque y Tonalá, en Jalisco, por incentivar las medidas sanitarias en sus áreas públicas.

 

Sin duda, la tercera ola de afectación por el virus que nos mata depende de la responsabilidad del ciudadano que se cuida para cuidar a otros.

 

Concluyo estas líneas —y aprovecho el espacio— para felicitar a mi “orgullo nacional”, que cumple un año más de vida, decirle que su nacimiento ha sido, desde hace ya muchos años, el mejor regalo de cumpleaños que Dios en su infinita providencia me ha concedido en el casi medio siglo de vida de un servidor. Sin duda, su presencia en casa ha sido una lluvia abundante de bendiciones. Le auguro desde esta tribuna éxito en todas las decisiones que tome en este momento crucial de su vida. Enhorabuena.

 

Agradezco de antemano las innumerables muestras de afecto, de cariño y amor de las personas que han tenido el detalle de felicitarme en mi cumpleaños, en especial al Director General del Colegio de Bachilleres del Estado de Baja California y del líder del SPCOBACH, ingeniero Eric Garibo Cárdenas, de mis amigos, de mis familiares y contactos en mis redes sociales que de manera anticipada y desde muy temprano han expresado sus deseos de parabienes para un servidor.

 

Sin duda, han sido ya muchos años de aprendizaje. Retomo un mensaje que ha llegado a mis manos: No soy un ejemplo de vida y de esperanza. Soy un ejemplo de errores, de lucha y perseverancia…

 

A la manera de Mercedes Sosa: “Gracias a la vida que me ha dado tanto […]”.

 

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